miércoles, 8 de agosto de 2007

La veinte

Era un invierno de lo mas gélidos que estabamos soportandos los habitantes de la horrible Lima. Con dos polos y una chompa de lana me dirigia caluroso hacia mi trabajo. Recien tenia un año de egresado de la universidad y me encontraba ejerciendo la bendita profesion de medicina, una profesion que te exige ser brillante, lidiar con la muerte que es poderosa, pero que nadie te recompensa un gracias y un para eso has estudiado son los honorarios que recibes. Mientras caminaba hacia mi trabajo presentia que algo iba a sucederme aunque en realidad siempre pienso eso, creo que todos deberiamos tener esa ilusion esperar que pase algo que nos revele que la vida no es monótona. Al entrar al hospital recibia los saludos de lo trabajadores: ¡ Buenos dias doctor!. Yo les respodia efusivamente ¡ hola amigo! recordaba como mis antiguos profesores de universidad eran presuntuosos, hirientes y despectivos con las demas personas que no eran medicos. Me causaba tristeza ver los rostros de esas personas que solo eran amables, que esperaban solo una gesto de amabilidad de esa persona que de repente ellos consideraban su amigo o admiraban. Mientras subia en el ascensor, pensaba en que me habia olvidado de mis libros aquellos que siempre me acompañan y esperan que los escuche. De nuevo venian la retahila de saludos uno detras de otros, algunos venian con beso incluido. Nunca me han gustado los besos de saludos, son muy comprometedores, un beso significa que esa persona me agrada mucho y en realidad hay muy pocas personas que me agradan.
Abria mi maleta y sacaba mi mandil recien planchado por las hermosas y dulces manos de mi mamá, que malo diran muchos o que abusivo diran otros, porque no te planchas tu mandil diran los jueces, yo le respondo : no hay mayor satisfaccion que tener algo de tu madre cerca a ti, cuando me pongo el mandil siento que ella me esta abrazando, tonta excusa para algunos , pero es lo que siento. Empezaba mi rutina de vistar cama por cama , persona por persona , alguno ya conocidos me decian que se sentian mejor otros me decian que se sentian peor y muchos solo querian irse a sus casas. Todos me reclamaba que , no me atendieron ,que no me escucharon, que nadie me quiere, que en mi casa solo tengo problemas, que mi esposa es frigida, que mi esposo es un insensible, que mis hijos son ingratos. Yo salia exhausto con tantas acusaciones, algunas veces me sensibilizaba otras me daban ganas de salir corriendo. Recuerdo que llegue a la cama veinte , era una persona como de 56 años habia a sido arrollada por un automovil, estaba en estado de coma, tenia un tubo que iba desde la boca hasta la traquea que le permitia seguir viviendo, todos la daban por muerta. Yo tambien. Creo que la muerte no debe ser mi enemiga creo que debemos conciliar con ella, pedirle que sea justa , y que no sea cruel. Me preocupaba que no hubiera ni un familiar nadie a quien explicarle de la gravedad de la paciente.Recuerdo que en la tarde me llamaron, era una persona que me preguntaba sobre el estado de la cama veinte. Yo le dije venga pronto, su estado es grave. Ya al anochecer llega el familiar. Era un persona de 50 años , de contextura gruesa ojos desecajados, ojeras que expresaban lo mal que la pasaba. Al primer contacto me dijo : rezemos doctor pidamos a los dioses que la salven. Yo la miraba ella cantaba en voz alta , no entendia lo que decia ,me queria coger de la mano para aliar fuerzas, yo trataba de escapar. Despues de algunos minutos de canto me dijo que ella no era su familiar que solo la conocia , que eran muy amigas , que no habia nadie mas que viera por ella. Me fui con la sensacion de me causaria mas de algun problema.
Al dia siguiente a eso de la tarde me llama la amiga de la veinte, me dice que quiere cobrar un seguro de ella pero necesitaba de su firma , que la ayudara a estampar su firma , eso yo no lo iba a hacer y se lo dije: eso esta mal, ademas ese documento no tendria ningun valor legal. A los tres dia ella me encara diciendome que ya todo sabian de lo que quiso hacer que estaba arrepentida.
Una semana despues me acusa de causarle lesiones a su paciente yo no habia ido como 5 dias al hospital y me acusaba. Decia que me iba a matar. LLegue al hospital la encontre llorando le dije : me tiene que decir algo. Ella lloraba me dijo : no. La estaba empezando a odiar.
A los tres dias se me acerca y me cuenta de su vida, la verdad no me interesaba escucharla, solo veia sus ojos y trataba de comprender lo que ella queria de mi. La veinte resistia a los embates de la muerte , la salvamos 3 veces de un paro respiratorio. A las segunda semana se me acerca de nuevo el familiar , me dice que tenia fe en que se iba recuperar y que todo era gracias a mi.
Paso 1 mes y ya no era opitmista renegaba de todosa menos de mi. La salvamos una ves mas de la muerte. Le dije ella no va soportar otro embate mas. Se rio y me dijo los dioses no lo van a permitir.
Pasaron 3 dias y murio. Yo no estaba , dicen que el familiar balbuceaba improperio me dijo que yo tenia la culpa ,que yo era el culpable de todo, que debia morir. Ya pasaron 15 dias y espero firmemente la muerte que ella me va a dar.
Espero que no sea cruel y me de una bonita muerte que use una bala calibre 38 que vaya directo al cerebro que lo apague no lo deje a medio encender, porque eso si que duele.